“Queremos otro modelo de
vida, que tenga en cuenta los valores de las mujeres y sea
sostenible”
Canal Solidario ha conversado con Dolors Cruells, miembro de la Red
Feminista y organizadora de un encuentro que, en unos días, reunirá en Barcelona
a 3.000 mujeres y celebrará 30 años de historia del movimiento.
Silvia Torralba /
Redacción (26/05/2006)Canal Solidario/Patagonia Ciber
Fem
En 1975, Naciones
Unidas declaró por primera vez el año internacional de la mujer. Ese mismo año,
mujeres y organizaciones feministas de toda España lo celebraron de manera
clandestina y, meses más tarde, entidades feministas en Cataluña convocaron las
primeras jornadas de mujeres.
Durante veinte años, las organizaciones
feministas catalanas funcionaron cada una a su manera y con diferentes puntos de
vista hasta que, hace diez años, se encontraron en unas jornadas en las que,
además de valorar dos décadas de trabajo, decidieron crear la Red
Feminista, un proyecto horizontal en el que convergen las diversas formas de
hacer y de pensar de las mujeres.
Los próximos 2, 3 y 4 de junio,
Barcelona acogerá de nuevo un
encuentro que bajo el lema ‘Las mujeres sabemos hacer y hacemos saber’
reunirá a más de 3.000 mujeres y entidades feministas y pondrá sobre la mesa
cuestiones como la recuperación de la memoria, las contribuciones de la mujer a
la resolución de conflictos y el modelo de trabajo y estructura social. Canal
Solidario ha conversado con Dolors Cruells, miembro de la Red Feminista y una de
las organizadoras del encuentro.
Desde el primer encuentro de mujeres
en 1976 han pasado treinta años. ¿Ha cambiado la realidad de la mujer en todo
este tiempo? Algunas cosas sí que han cambiado, porque nosotras también
hemos evolucionado. En la Red Feminista tenemos un taller que lo llevamos a
muchas ciudades y pueblos y en el que hablamos con las mujeres de los avances en
estos treinta años. Una de las cosas que más llama la atención es que todas
coinciden en poner, primero, la libertad que se ha conseguido. Esto es libertad
de escoger, de salir a la calle, de tener carnet de conducir... Hace diez
años, por ejemplo, cuando se hablaba de violencia contra las mujeres nadie
escuchaba y se entendía como una cuestión de violencia doméstica y como un hecho
marginal. Ahora tenemos herramientas como la ley contra la violencia de género,
estés o no de acuerdo en su contenido.
¿Todos estos avances se podrán
ver en el encuentro de mujeres de los próximos días? En el encuentro se
hablará de tres ejes: la genealogía, es decir, de nuestra historia y de todo lo
que nos han explicado las madres y abuelas y no queda reflejado en ningún lugar;
la libertad como contraposición al tema de la violencia; y de la sostenibilidad.
En cada uno de estas cuestiones hemos agrupado propuestas de los grupos de
mujeres y de todos los ámbitos a los que se dedican. Destaca, por ejemplo, el
grupo Mujer y Trabajo, que desde hace años cuestiona el modelo de trabajo que
tenemos y apuesta por poner en el centro las relaciones y el cuidado de las
personas.
La Red Feminista habla de una manera diferente de
relacionarse y de la capacidad transformadora de las mujeres, ¿a qué se
refiere? Está relacionado con el lema de nuestras jornadas: ‘Las mujeres
sabemos hacer y hacemos saber’. Entre otras cosas, esta frase intenta reconocer
el saber que nos han transmitido nuestras abuelas y bisabuelas, unos
conocimientos y maneras de hacer que no están escritas pero que existen y que
hacen que la sociedad cambie.
"Cuando hablamos de la capacidad transformadora
de las mujeres nos referimos sobre todo a cómo se ha transformado la
sociedad día a día" |
Hablamos de capacidad
transformadora porque, hace treinta años, prácticamente no teníamos ningún tipo
de derecho: para abrir una cuenta corriente necesitabas el consentimiento del
padre o el marido, al casarse la mujer pasaba bajo la tutela del esposo, no
estaba reconocido el divorcio ni el aborto y una mujer incluso podía ir a la
prisión si era acusada de adulterio. Muchas de estas cosas parecen de la
prehistoria pero no hace tanto que existían, han cambiado en los últimos treinta
años. Uno de los cambios importantes que ha conseguido el movimiento
feminista es la reforma del Código Penal que hubo en 1988. Hasta ese momento, el
Código tenía un apartado que, con el nombre de ‘Delitos contra la honestidad’,
se refería a abusos sexuales y violaciones contra las mujeres pero decía que la
persona ofendida era el marido o el padre de la víctima. Gracias al movimiento
feminista se consiguió que la norma dijera que la víctima es la mujer. Cuando
hablamos de la capacidad transformadora de las mujeres nos referimos a las leyes
pero sobre todo a cómo se ha transformado la sociedad día a día. Un paso
importante fue la incorporación de las mujeres en el mundo laboral y, después,
el acceso a los estudios. En todo este proceso tuvieron un papel importante las
madres que animaban a sus hijas para que tuvieran más
independencia.
¿Crees que en general las organizaciones sociales han
avanzado también en este aspecto o, que como en varios ámbitos de la sociedad,
todavía reproducen un modelo patriarcal? Las relaciones que se dan en las
entidades sociales son patriarcales. En las organizaciones de solidaridad
participan muchas mujeres, que son muy activas, pero los órganos de dirección
aún son bastante piramidales y están ocupados por hombres. En mi opinión, esto
se debe a las prioridades, a que para la mayoría de las mujeres es más
importante estar con su hijo o atender a una persona que tiene a su cargo. Son
valores femeninos que son positivos y que nos gustaría que los incorporara todo
el mundo, hombres y mujeres.
Estos valores ¿deberían incorporarse en
todos los ámbitos?
"Los valores femeninos deberían incorporarse en
las relaciones cotidianas de hombres y mujeres, en el trabajo, en la
política..." |
Sí. En las relaciones
cotidianas, en el trabajo, en la política... la idea es tener un modelo de vida
diferente que tenga en cuenta a la gente mayor, dedique menos horas al trabajo y
sea sostenible. En los movimientos de mujeres esto queda reflejado porque hay
entidades que se dedican al medio ambiente, otros al trabajo, otros a las
guerras, etc. El grupo Dones per Dones, por ejemplo, denuncia la agresión contra la
vida y contra las mujeres que tienen lugar en los conflictos armados. Cuando
tuvo lugar la guerra de los Balcanes, los ataques contra las mujeres salieron a
la luz porque había un movimiento feminista organizado que los denunció. Y hay
más experiencias: las Mujeres de Negro en Israel y Palestina, las madres de Juárez
en México, las mujeres en
Afganistán... todas ellas demuestran que en una guerra se puede tomar
partido por la paz.
Cuestiones pendientes
En estos
momentos, ¿qué debería cambiar para avanzar hacia una sociedad más
igualitaria? Pues varias cosas. La primera es el modelo de trabajo y de
estructura social. En este contexto, destaca el aumento de la pobreza de las
mujeres. En Cataluña, de hecho, las cuotas de pobreza más importantes son las de
las mujeres mayores que viven en una ciudad como Barcelona con 400 euros al mes.
Luego están las chicas solas con hijos, que pueden acceder a una ajuda pero que
no la reciben si no trabajan, lo que demuestra que el tema de las ayudas a las
familias no se ha abordado desde el punto de vista de las mujeres. En el tema
de la violencia de género, se han empezado a hacer cosas buenas, pero estas
actuaciones deben acompañarse de cambios en el modelo educativo para educar a
los menores en el respeto y la libertad a los demás. La verdad es que soy
bastante crítica en cómo se está educando a los niños, no sólo en las escuelas,
sino en toda la sociedad, promoviendo un modelo individualista.
Para
paliar esta situación ¿qué hacen desde las administraciones? ¿tienen en cuenta
sus políticas la cuestión del género? En estos dos años ha habido un
avance pero sigue sin haber unos presupuestos de género; es una cuestión que ni
siquiera la piensan a pesar de que más del 50% de la población son
mujeres.
Haciendo un poco de autocrítica, ¿crees que los movimientos
de mujeres comparten sus conocimientos y trabajan suficientemente en
red?
El acceso a las nuevas tecnologías es muy
importante para que las organizaciones de mujeres trabajen en
red | Queda mucho por hacer.
Uno de los obstáculos es precisamente que las mujeres son las que tienen menos
acceso a las nuevas tecnologías, pero aún así se han hecho cosas. El acceso a
las tecnologías es muy importante, sobre todo en el mundo rural, donde también
hay una necesidad de agruparse y compartir, y donde se crean redes invisibles de
solidaridad que dinamizan la vida social y cultural de los pueblos.
Y
en toda esta labor, ¿cómo se incorpora la figura del hombre? Hay muchos
hombres feministas pero también deben pensar que nosotras necesitamos nuestro
espacio. Para mí, es más importante que en su vida cotidiana tengan en cuenta a
las mujeres, tengan una visión de género y animen a las mujeres a hablar, antes
que el 8 de marzo salgan a manifestarse. Es un debate que no sólo debería darse
en las organizaciones de mujeres, sino también en las entidades mixtas.
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