5 de Junio, 2006
Boletin Proyecto Política Fiscal Pro Equidad de Género -América Latina y el Caribe
Jun 2006 15:18:53 -0500
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Pro-Equidad de Género en América Latina y el Caribe
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Publicado por Simone Haf el 5 de Junio, 2006, 21:51
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Mujeres en la Justicia Argentina
Sociedad
Mujeres en
la justicia: por derecho propio
A fuerza de
perseverancia y capacidad, las mujeres ocupan cada vez más espacios en el ámbito
judicial. Desde su etapa de estudiantes hasta los más altos cargos, se destacan
por su ecuanimidad y su entrega al trabajo. Aquí, las claves del
fenómeno
Diario La
Nación de Argentina/Patagonia Ciber Fem
En julio de 2004 la Corte Suprema de Justicia de la Nación
recibió entre sus miembros a dos mujeres: Carmen María Argibay y Elena Highton
de Nolasco. El más alto ministerio judicial nunca antes había tenido dos mujeres
en su seno. Una sola dama había llegado antes a la Corte, Margarita Argúas.
Designada en 1970, estuvo allí hasta el ’73. Desde 1853, año en que la nueva y
actual Constitución nombró al primer juez, tuvieron que transcurrir algo más de
100 años hasta que una mujer fuera jueza: María Luisa Anastasi de Walger fue
nombrada jueza en lo Civil en 1957. Entonces empezó el arduo camino del
reconocimiento, repleto de anécdotas discriminatorias y afrentas. No cabe duda:
ha sido un largo recorrido, y falta bastante más.
La excelencia
Comenzó así a resquebrajarse el famoso "techo de cristal", término
muy conocido en el ámbito judicial que proviene del mundo anglosajón y se
utiliza para dar cuenta de una regla no escrita, una suerte de código invisible
que impide el ascenso profesional y laboral de las mujeres en diversos ámbitos
institucionales, públicos y privados.
En la actualidad, dos nuevos datos
se suman al collar de logros del sector femenino en la Justicia. De los 183
magistrados ternados por el Consejo de la Magistratura para la selección de
jueces, los puntajes alcanzados en las calificaciones por mujeres corresponden a
158,17 puntos, sobre 150,96 de los varones. Cabe recordar aquí que, de esos 183
magistrados, sólo el 26% eran mujeres.
Otro dato: en el premio que
otorga desde el año 2002 el Foro de Estudios para la Administración de Justicia
(Fores) a la excelencia en la administración de Justicia, la mayoría de los
juzgados ganadores de la distinción están presididos por juezas.
Existe
una lógica, si se quiere, para justificar esta excelencia en la cumbre, y para
ello hay que mirar a la base. Según el censo de 2004 en la Facultad de Derecho
de Buenos Aires, el 61,4% son mujeres. Reflejo de las cifras totales del
conjunto de la UBA, donde seis de cada diez alumnos son mujeres. Esto, a su vez,
se repite en los posgrados, si bien la brecha es más exigua: hay un 45,4% de
varones y un 54,6% de mujeres.
En cambio, si observamos el cuerpo de
profesores de Derecho (UBA) encontramos que los varones representan el 52%,
cuatro punto porcentuales más que las mujeres. Pero el ascenso en la pirámide, y
la forma en que empieza a truncarse el camino de las damas, se observa en los
números del cuerpo docente global de la UBA: en la categoría profesores, sólo el
39,1% son mujeres. En tanto, en la categoría auxiliares el porcentaje de mujeres
predomina con un 55,7 por ciento.
El techo de cristal
La
disminución señalada para el conjunto de la Universidad no tiene ninguna
excepción en las catorce unidades académicas y tampoco en el Rectorado. En todos
los casos, en mayor o en menor medida, los varones aumentan su porcentaje cuando
se pasa de analizar los auxiliares a analizar a los profesores. He aquí la
primera viga del techo de cristal.
Desde 2003, casi el 41% de los
juzgados nacionales inferiores está en manos de mujeres, pero hay sólo un 18% de
damas en la instancia más alta de apelación. Lo mismo hallamos en los juzgados
federales: las juezas presiden un 31% de los tribunales federales inferiores y
un 18% de las cámaras federales de apelación.
Las mujeres, además,
permanecen en los escalafones más bajos de los juzgados, donde representan un
60% del total de empleados judiciales. La diferente participación de las mujeres
en los distintos fueros es otra señal de segregación: las mujeres encabezan el
44% de los juzgados civiles de primera instancia y el 47% de los laborales, pero
no ejercen la magistratura de ningún juzgado del fuero penal económico.
Sólo el 17% de los cargos en las Cortes Supremas provinciales está
ocupado por mujeres. Son 22 entre 131 hombres, y repartidas en forma no
representativa: 16 jurisdicciones cuentan con ellas entre sus más altos
magistrados, y ocho no. Pero, además, en ninguna provincia hay la misma cantidad
de mujeres y de hombres en las cortes supremas. Son minoría en todas.
En
su contundente trabajo ¿Un techo de cristal en el Poder Judicial?, la abogada e
investigadora Paola Bergallo llega a la conclusión de que el proceso de
desagregación por géneros en las selecciones de jueces federales y nacionales
del Poder Judicial se ha desacelerado: no está especificado en ninguna parte la
necesidad de promover la igualdad de géneros en la Magistratura, aunque haya
habido un cambio para mejorar la elección, con un procedimiento de selección
mixto, meritocrático y político.
"Es decepcionante –dice en su trabajo–,
especialmente si se tiene en cuenta que uno de los objetivos de la reforma fue
mejorar la calidad del Poder Judicial, para lo cual es indispensable una
Magistratura más igualitaria y diversa."
Bergallo afirma que, si bien
hay por primera vez dos mujeres en la Corte Suprema de Justicia, las mujeres
jamás presidieron el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal y ocupan
sólo cuatro de los 15 puestos titulares de su comisión directiva, aunque ya en
1999 representaban el 42% de su matrícula.
Tampoco han ejercido el
decanato de facultades de Derecho asiduamente, e instituciones tales como la
Facultad de Derecho de la UBA nunca fueron presididas por ellas.
En la
misma facultad, sólo el 15% de las cátedras están a cargo de mujeres, a pesar de
que las graduadas constituyen más del 50% desde fines de la década del 70. La
situación es similar en otros espacios de poder dentro del Derecho, como el
Consejo de la Magistratura, donde apenas ocupan tres posiciones de las 20
disponibles; nunca o sólo excepcionalmente las mujeres han ocupado espacios de
conducción en la Procuración General de la Nación, la Procuración del Tesoro,
las secretarías de Derechos Humanos y de Seguridad, la jefatura de la Oficina
Anticorrupción o las intervenciones federales.
El "techo de cristal"
alude a un tope que no se ve, pero que existe. Una suerte de código invisible
que, como la propia Bergallo manifiesta, se traduce en restricciones
estructurales. "La mayoría de las mujeres trabaja en ambientes ocupacionales
diseñados por hombres y estructurados de forma tal que, a pesar de pretender la
neutralidad de género, sólo perpetúan las desigualdades –dice–. De hecho, en un
sistema en el que los hombres son el molde, las prácticas de reclutamiento,
exigencias de ingreso, promoción y políticas de retención, a pesar de su
pretendida neutralidad, privilegian a los candidatos por sobre las candidatas."
Las supremas
La doctora Elena Highton de Nolasco recibió
a la Revista en su despacho de Tribunales. A la pregunta acerca de si pesó la
condición de género dentro su carrera, respondió: "Es difícil decir que tuve
tropiezos personales. Indudablemente, tardé más en ir a la Cámara. Fui defensora
oficial, después me nombraron juez; estuve unos 17 años como juez de primera
instancia. Otros ascendieron más rápido que yo, pero al final llegué a la
Cámara. Tardé más de diez años en llegar allí". Y sonríe con los ojos. No hay
atisbos, detrás de esa mirada serena y llana de la presidenta del Jurado de
Enjuiciamiento de Magistrados de la Nación, de la profesora titular de Derecho
Civil de la UBA. Ni pesan, en la charla, sus posgrados en Escuela Judicial de la
Universidad de Nevada y en la Universidad de Harvard, EE.UU., entre otros.
Highton de Nolasco se ve a sí misma con cualidades que fueron
"propiedad" del coto masculino. "Yo siempre he sido de acción, ya que además de
los 35 libros que tengo publicados he sido consejera en la facultad y en la
Asociación de Magistrados. De alguna manera, yo he sido de acción: de acción en
las reformas en la Justicia, de acción en cada caso en los últimos 20 años con
cada ministro, secretario, subsecretario de Justicia... También trabajé mucho en
escuelas judiciales y, junto con otra colega, se intentó crear un germen de la
escuela judicial en la Asociación de Magistrados e involucrar a otros actores.
Personalmente, me considero de acción, aunque efectivamente también me encierro
a escribir libros."
Cuando le consultamos si en el lugar que está siente
diferencias por ser mujer, vuelve a sonreír y, luego de una pausa, dice que, en
efecto, la miran más por ser mujer. Al preguntarle por sus admiraciones
particulares, reflexiona: "Uno reconoce a todas las mujeres jueces anteriores.
Pero el reconocimiento que yo hago de las mujeres no es sólo el de las
importantes. Porque, en realidad, todas las mujeres que están luchando,
trabajando, tratando de mantener a su familia, sin ser importantes en el sentido
de ser famosas, son muy importantes para la sociedad y para las demás mujeres,
para el rol de las mujeres y para la humanidad, para la comunidad y sobre todo
para la pacificación del mundo".
"Las mujeres –se detiene a pensar;
luego agrega–: son más trabajadoras, más detallistas, más aplicadas, más
constantes. Esto no es así en todas las mujeres y todos los hombres, pero hay
una constancia mayor en general: esta idea de que hay que cumplir y que no se
puede quedar mal, porque la mujer tiene esa idea de sobrecarga si queda mal, ya
que queda mal por ella y hace quedar mal a otras mujeres. Hay una conciencia de
género."
Finalmente, Highton habla de un proyecto que la entusiasma y
que ahora tiene entre manos: "La Corte está organizando una oficina de violencia
doméstica. Y el doctor Petracchi me encargó el armado de la estructura. No es un
juzgado, es un servicio de atención las 24 horas para atender casos de violencia
doméstica. El edificio estará alrededor de la plaza Lavalle. Se hará un
seguimiento de cada caso. Es una atención de urgencias y una constatación en
ocasión de lesiones; una atención del análisis de riesgo; porque,
lamentablemente para los jueces, cuando tienen que atender violencia doméstica,
si bien en 48 horas tendría que estar el análisis de riesgo, a veces tarda entre
cinco y seis meses, con lo cual los jueces deciden a ciegas, pero no es lo que
correspondería para que el Poder Judicial pudiera decidir."
El proyecto
–cuenta– ya está aprobado por la Corte, y se estará llamando a concurso en
breve. "La idea es que si funciona bien pueda extenderse a las provincias. Por
ahora vamos a hacer un proyecto piloto en la Capital Federal. Es una oficina que
no es un juzgado, sino una estructura organizada y dependiente de la Suprema
Corte de Justicia."
Al irnos, la doctora Highton nos extiende la mano
sin ningún apuro, pero ya se siente el trajín de sus asistentes, que preparan
otras salas con nuevas entrevistas del día. Al salir, gira y nos pregunta: "¿Ya
entrevistaron a la doctora Argibay?". Mientras el periodista piensa qué
responder, ella agrega, sonriente: "Una nota como ésta, sin ella no tiene
sentido".
Lamentablemente, a la doctora Carmen Argibay no fue posible
entrevistarla. Estaba participando en la VIII Conferencia de la Asociación
Internacional de Mujeres Juezas (AMJA) en Sydney, Australia. Argibay fue el alma
máter de una filial argentina de AMJA, que debutó en 1993 con un seminario sobre
violencia doméstica al que siguieron otros con temas tales como derechos del
niño, derechos humanos e igualdad en la jurisprudencia. Para muchos organismos
que trabajan en el tema de género, AMJA logró instalar en un nivel alto aquellos
problemas de que siempre fueron objeto los sectores más sufridos, como lo son la
violencia de género y el desamparo en la infancia.
Antes de ser nombrada
en la Corte Suprema de Justicia, la doctora Argibay fue integrante de la Corte
Penal Internacional de La Haya. Su elección para el máximo tribunal mundial, que
juzga, entre otros, los crímenes de guerra cometidos en la ex Yugoslavia, la
consagró como uno de los 27 jueces elegidos por la Asamblea General de la ONU.
Sólo eran ocho las mujeres en dicho tribunal.
Argibay alguna vez dijo:
"Cuando me recibí supe enseguida qué era la discriminación, porque mi primer
juez, que decía a todo el mundo que yo era la mejor empleada que tenía, no quiso
nombrarme secretaria por ser mujer". Entre 1998 y 2000 presidió la Asociación
Internacional de Mujeres Juezas. "Hay que defender los derechos de la mujer y
pedir igualdad de oportunidades", fue su primera declaración pública cuando
llegó a la Corte Suprema. Al igual que su par, Highton de Nolasco, la doctora
Argibay sabe que las mujeres tienen conciencia de su género y que por lo tanto
su acción es diferente. En contra de lo que estipulan las convenciones
patriarcales, supo decir alguna vez: "Las mujeres tenemos más los pies sobre la
realidad. Además, la justicia es más humana en nuestras manos, menos formal,
menos rígida y académica".
Ellos opinan
"Desde hace más
de 10 años yo tengo en mi estudio, como socia, a una mujer, y también hay más
mujeres que hombres aquí adentro –dice el doctor Ricardo Gil Lavedra, conjuez de
la Corte Suprema de Justicia de la Nación 2002/2005–. Yo creo que las mujeres
tienen una dedicación especial, mucho más focalizada que los hombres; además, en
esta profesión hay que contener mucho al cliente, y ellas »hacen uso de ese
cariz humano, de su sensibilidad, y creo que en esto los hombres hemos perdido
la batalla. La mujer, es evidente, tiene que hacer un sobreesfuerzo para
alcanzar los lugares a los que hombres no les permiten acceder plenamente; la
nuestra es una sociedad absolutamente machista todavía."
Por su parte,
el ex ministro de la Corte Suprema Gustavo Bossert ofrece su análisis: "Recién
en los años 40 y 50 se redactaron las primeras leyes de igualdad entre los sexos
dentro del matrimonio en Occidente, y desde hace muy poco tiempo las mujeres
luchan contra esta discriminación. En el Derecho y la Justicia, lentamente están
llegando a los lugares que les corresponde. Pero quiero destacar que, a lo largo
de mi carrera, en Derecho de Familia he visto, cuando se trata de conflictos
familiares que involucran a menores, que la actuación de las mujeres ha sido
fundamental. Mientras que desde el comienzo de los tiempos los hombres se
dedicaron a luchar y matar, las mujeres han sabido defender y cuidar la vida;
eso en el ámbito de la Justicia se ve en la práctica cotidianamente."
Por Rodolfo Arze
Más datos: www.foresjusticia.org.ar
El deber bien hecho
Fores es una
asociación civil sin fines de lucro que lleva 28 años destinados al
fortalecimiento de la justicia a través de la investigación, la capacitación y
la asistencia técnica. Junto a expertos de la Universidad Torcuato Di Tella
realiza, desde 2004, el Indice de Confianza en la Justicia. En marzo de este
año, en el ítem En términos de equidad y eficiencia la Justicia Argentina es…,
el segmento "poco confiable" obtuvo la mayoría, con el 57% de los entrevistados,
y en el ítem En cuanto a honestidad, la justicia argentina es… la respuesta
"poco confiable" fue dada por la mayoría, el 57% nuevamente, sobre un universo
de población mayor de 18 años, y un total de 800 entrevistados en varias
ciudades del país y la Capital Federal. Justamente por este panorama desolador
es que Fores, actualmente junto a IDEA y la UTDT, entrega, desde hace cuatro
años, el Premio a la Excelencia en la Administración de Justicia. Esta labor es
liderada por un consejo consultivo que realiza por el término de un año un
análisis detallado de la productividad de cada fuero basándose en las
estadísticas de la Corte Suprema disponibles, en un trabajo de campo sobre la
atención al público, en una encuesta a abogados, en cotidianos usuarios del
servicio y en la evaluación de la calidad ética de los jueces y la gestión del
juzgado como equipo. "Hay una Justicia que sí funciona y hace grandes esfuerzos
por brindar un buen servicio al ciudadano, a pesar de la falta de incentivos por
parte del propio Estado", dice en la gacetilla de los premios. El proyecto,
lanzado en 2002, consiste en premiar anualmente a dos juzgados de primera
instancia de la justicia nacional con asiento en la Capital Federal. Y desde
entonces, exceptuando 2003, lo ganaron algunos juzgados liderados por mujeres.
En 2002: Juzgado en lo Civil N° 19, a cargo de la Dra. Elisa Díaz de Vivar. En
2004, el Juzgado N° 22 del Fuero Contencioso Administrativo, a cargo de la Dra.
María José Sarmiento, y en 2005, por primera vez ambos premiados están
capitaneados por mujeres: el Juzgado de Menores N° 4, a cargo de la Dra. María
Cecilia Maiza, y el Juzgado N° 39 en lo Laboral, a cargo de la Dra. Cristina
Solvés. Isabel Duelo van Deusen, encargada del área de comunicaciones de Fores,
dice: "Estas cuatro juezas generan confianza en la gente, porque son
independientes e íntegras y combinan en su gestión la eficiencia con la calidad
humana. En una justicia argentina tan golpeada, lo positivo hay que mostrarlo".
Pioneras: entre la gratitud y el olvido
En el camino hacia el reconocimiento de los derechos de la
mujer, muchas pasaron a la historia como pioneras. Eva Perón, la primera,
procuró el voto femenino y la Libreta Cívica. Alicia Moreau de Justo fue otra
legendaria luchadora. Muchas pasaron al olvido, y tuvieron un rol fundamental en
abrir caminos para la institucionalización de la mujer y de sus derechos a la
vida pública.
Blanca Stábile (1911-1991) fue titular, en 1958, de la
Dirección Nacional de Seguridad y Protección Social de la Mujer, dentro del
Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Fue embajadora argentina ante la ONU y
una de las primeras mujeres de América en el estrado. Silvia Beatriz Beratti de
Serra (1945-1997), socióloga, investigadora, honró la administración pública,
desde donde tuvo la responsabilidad de instrumentar políticas de Estado en favor
de la mujer. Feminista comprometida, dirigió el Consejo Nacional de la Mujer.
Florentina Gómez Miranda, abogada, fue diputada nacional entre 1983 y
1991, y presidió la Comisión de Familia, Mujer y Minoridad, creada por su propia
iniciativa. Presentó más de 150 proyectos legislativos, y por su larga
trayectoria es una mujer que tuvo reconocimiento público. Otras, en cambio,
llevan nombres conocidos en cenáculos de la academia, como Hortensia Gutiérrez
Posse, ex jueza, profesora de Derecho Internacional Público (UBA) y primera
profesora argentina en la exclusiva Escuela de Derecho Internacional de La Haya.
Verdadera pionera fue también Guillermina del Campo, primera jueza en lo
laboral. Antes, la doctora María Luisa Anastasi de Walger fue la primera jueza
del país nombrada en el fuero civil. Presidió el Tribunal de Disciplina del
Colegio Público de Abogados y también fue profesora universitaria. Falleció en
2004 a los 87 años (ver aparte).
En el camino hacia el reconocimiento de
los derechos de la mujer, muchas pasaron a la historia como pioneras. Eva Perón,
la primera, procuró el voto femenino y la Libreta Cívica. Alicia Moreau de Justo
fue otra legendaria luchadora. Muchas pasaron al olvido, y tuvieron un rol
fundamental en abrir caminos para la institucionalización de la mujer y de sus
derechos a la vida pública.
Blanca Stábile (1911-1991) fue titular, en
1958, de la Dirección Nacional de Seguridad y Protección Social de la Mujer,
dentro del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Fue embajadora argentina
ante la ONU y una de las primeras mujeres de América en el estrado. Silvia
Beatriz Beratti de Serra (1945-1997), socióloga, investigadora, honró la
administración pública, desde donde tuvo la responsabilidad de instrumentar
políticas de Estado en favor de la mujer. Feminista comprometida, dirigió el
Consejo Nacional de la Mujer.
Florentina Gómez Miranda, abogada, fue
diputada nacional entre 1983 y 1991, y presidió la Comisión de Familia, Mujer y
Minoridad, creada por su propia iniciativa. Presentó más de 150 proyectos
legislativos, y por su larga trayectoria es una mujer que tuvo reconocimiento
público. Otras, en cambio, llevan nombres conocidos en cenáculos de la academia,
como Hortensia Gutiérrez Posse, ex jueza, profesora de Derecho Internacional
Público (UBA) y primera profesora argentina en la exclusiva Escuela de Derecho
Internacional de La Haya.
Verdadera pionera fue también Guillermina del
Campo, primera jueza en lo laboral. Antes, la doctora María Luisa Anastasi de
Walger fue la primera jueza del país nombrada en el fuero civil. Presidió el
Tribunal de Disciplina del Colegio Público de Abogados y también fue profesora
universitaria. Falleció en 2004 a los 87 años (ver aparte).
Mamá Por Sylvina Walger
Cuando hoy veo la cantidad de mujeres que desempeñan cargos
importantes, no puedo dejar de preguntarme si a sus hijos la opción de vida de
sus madres les habrá resultado tan incordiante como a mí. Entonces me doy cuenta
de que no, de que los tiempos han cambiado y que esta historia ocurrió hace más
de medio siglo, cuando las mujeres que se arriesgaban a una vida propia (dentro
de un articulado clima burgués, claro) no solían formar una familia. Yo tenía 14
años cuando la Libertadora (sí, la "Libertadora") la nombró juez. Ella misma me
lo anunció en una inolvidable escena en la que en realidad le estaba pidiendo
permiso a su hija mayor para estar más tiempo fuera de casa. Supongo que hizo lo
mismo con sus otros dos hijos, pero entre nosotros el episodio jamás fue
comentado.
Recuerdo que no le contesté nada, ni que sí ni que no, pero
internamente sentí que no se lo iba a perdonar nunca. Tampoco es que la viera
mucho: ella se pasaba el día en su estudio de abogada. Para la adolescente que
yo era, todo aquello significaba seguir siendo "rara" en el mundo en que me
había tocado circular. Es decir, tener una madre invisible a la que jamás nadie
vería en la puerta del colegio. Tan impensable como verla en una fiesta infantil
dialogando con otras madres. No se trataba, la mía, de una actitud
despreciativa, sino de tremenda inseguridad. La jueza (apelativo que odiaba, y
con razón) ignoraba los componentes básicos de una conversación intrascendente.
Igual que desconocía los rudimentos de la coquetería, que con el tiempo logré
que aceptara. Había cumplido 40 años cuando le enseñé a pintarse los ojos, único
modo que encontré para poder hacerlo también yo. Nobleza obliga, jamás dejó de
llevarnos a las innumerables citas con los médicos y psicólogos que el absurdo
(es un decir) comportamiento de sus tres hijos requería.
Tan frontal y
batalladora como exigente y ascética, podía ser arbitraria y antipática, pero
también pródiga con el bolsillo. Supongo que fue un hueso duro de roer para
cualquier abogado que se interpusiera en su camino (sin mencionar el alboroto
que producía en el mundo de mi padre).
Siendo jueza jamás se prestó a
una entrevista o a un diálogo con cualquiera de las partes en litigio. Una vez
una pobre señora en vías de separación (por entonces no existía el divorcio ni
el 67 bis) se animó a tocar el timbre de casa. Yo le abrí la puerta: la mujer
lloraba desconsoladamente y pedía hablar con mamá. Mis desgarrantes súplicas
fueron en vano y la dama emprendió el camino de regreso después de escuchar algo
así como que la justicia no se impartía desde el domicilio particular del juez.
Dos episodios graves marcaron su debut como jueza a cargo del Juzgado Nº
10 de primera instancia en lo Civil. El primero fue lo que hoy conocemos como un
"apriete". Los mismos –uno de ellos un viejo y entrañable amigo– que habían
sugerido su designación (por causa de sus méritos) pretendieron imponerle los
contenidos de un fallo. La doctora resultó ser inmanejable, y del amigo nunca
más oímos hablar. El segundo, más pintoresco si se quiere, fue el entredicho que
la enfrentó en uno de sus primeros fallos al escritor y ex juez nacionalista
Ignacio Anzoátegui. Este la recusó alegando que "la justicia no podía emanar de
una mujer". Mi madre no vaciló y, previo contestar que la Justicia carecía de
sexo, lo mandó preso a la Alcaidía de Tribunales. El tiempo limó estas
diferencias y entre ambos se estableció una excelente relación.
Otros
dos episodios ocurridos años más tarde terminaron por demostrarme que mi madre
era una mujer dura, pero inteligente y flexible. Uno fue la incorporación al
Código Procesal Civil del artículo 67 bis, que permitía la separación de los
cónyuges por mutuo consentimiento (en cuya redacción, siendo divorcista,
colaboró por pedido de –al menos para mí– un ministro de recuerdo ingrato:
Guillermo Borda). Hasta ese momento, las únicas causales de separación admitida
eran el adulterio y otras faltas graves. Allí aprendió que en la vida no todo es
blanco o negro, que se puede desear no vivir más con alguien sin necesidad de
ser adúltero/a. El otro, y aquí le rindo un homenaje postrero, ocurrió en 1973,
en pleno gobierno peronista. Mamá era camarista en lo civil y no recibió el
acuerdo para seguir en el cargo. El argumento fue mi militancia en la "tendencia
revolucionaria" del peronismo. Tenía 53 años y estaba obligada a empezar de
nuevo.
Desde aquí le agradezco no haber pronunciado jamás una palabra en
contra de mí.
º La autora es periodista y escritora
Desde el comienzo
Las tres son
jóvenes. Dos de ellas están en el umbral –Julieta Di Corletto y Paola Bergallo–,
y la tercera, Mary Beloff, ya ha recorrido un trecho largo en el camino de la
academia. Las tres coinciden en su procedencia: hicieron la secundaria en el
Colegio Nacional de Buenos Aires. Se recibieron con diploma de honor en la
Facultad de Derecho. Realizaron posgrados en el exterior –Di Coletto y Beloff,
en Harvard; Bergallo, en Columbia, y ahora otro en Stanford–. Tienen posiciones
tomadas respecto de su género, pero saben que la verdadera revolución se hace
desde adentro. Para ellas, feminismo significa, antes que nada, derechos
humanos. "En todas las áreas del Derecho hay un subdesarrollo de los
instrumentos jurídicos. La mujer no es vista como víctima de muchas formas de
discriminación", sentencia Paola Bergallo. "Estudiando en EE.UU. me di cuenta de
que las cosas que me incomodaban en el trabajo eran claramente discriminatorias.
Antes no me había dado cuenta de que lo que me pasaba a mí y a otras mujeres
tenía un nombre. Por ejemplo, en algunas entrevistas de trabajo me decían que
tenía el perfil requerido, pero querían saber si era casada y si tenía planes de
tener hijos. Es una pregunta intimidatoria que nunca se le formularía a un
hombre", dice Di Corletto. "Cuando yo entré en Tribunales, en los antiguos
penales de sentencia se jactaban de no permitir que entraran mujeres (y fue hace
no mucho). Era común que te dijeran: a tal juzgado no te presentes porque no
eligen mujeres, ni siquiera como meritoria –agrega Beloff. Hoy, en la
facultad, mayoritariamente son mujeres las que llegan a abanderado o escolta.
Hay una gran cantidad de profesoras. Todavía en la titularidad de cátedras esta
incidencia no refleja lo que es la proporción real de las mujeres en la
profesión legal."
Ellas esperan su turno para realizar sus
contribuciones. A Di Corletto le interesaría participar en la reforma de los
programas de derecho penal: "Introducir bibliografía nueva, estudios
sociológicos, miradas distintas desde la perspectiva de los excluidos". A
Bergallo le gustaría aportar para la transformación de la enseñanza del derecho:
"Redefinir al docente, que en otras partes del mundo tiene mucha más dedicación
que aquí". Y Beloff no duda: "Me encantaría ser jueza de la Corte Suprema de
Justicia. Siento un enorme sentido de la responsabilidad y del deber, por eso
soy abogada". Link corto:
http://www.lanacion.com.ar/810934
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Publicado por La Nación/Patagonia Ciber Fem el 5 de Junio, 2006, 18:06
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Brasil, contra el racismo, sexismo y la violencia
Contra el racismo, el sexismo y la
violencia
Adital - Patagonia Ciber Fem-
Los
participantes de la 10ª Conferencia Nacional de Derechos Humanos lanzaron,
durante el cierre del evento, el último viernes 02, la "Carta Compromiso de
Defensores y Defensoras de Derechos Humanos". El texto, que propone soluciones
para el avance del tratamiento de los derechos humanos, de la democracia y de la
ciudadanía en Brasil, exige la regularización inmediata de las tierras
quilombolas y el reconocimiento de los derechos indígenas. Además de declararse
a favor de un país sin racismo, sexismo ni violencia.
La Carta condena los crímenes cometidos en San Pablo por el PCC
(Primer Comando de la Capital) contra policías militares y civiles y también
"las muertes éstas seguidas de ejecuciones sumarias, de jóvenes pobres y negros
de la periferia, típicas de grupos de exterminio formados dentro del aparato de
seguridad". Los participantes de la Conferencia propusieron una Comisión
Parlamentaria de Investigación sobre el exterminio de negros e indígenas para
investigar esos crímenes.
Para los autores de la Carta, la violencia que se abatió sobre San Pablo
es el resultado de la exclusión social, que ha sido la marca histórica y
permanente del desarrollo económico, político y social del país. En la última
década, la política neoliberal adoptada en Brasil ha agravado la preponderancia
de políticas que no priorizan la justicia social, con impacto fuerte sobre los
derechos humanos.
"La efectiva implementación de los derechos humanos económicos, sociales,
culturales y ambientales requiere de la inmediata aprobación de una ley de
responsabilidad social que vincule a la administración pública con metas de
implementación de políticas públicas en esas áreas. Aprobar esa nueva ley es
crear una política de Estado que permita avanzar en forma sustentable y
permanente en la reducción de las desigualdades sociales", expresa la
Carta.
La sociedad civil organizada tiene un papel importante que cumplir en el
combate de esas violencias. Para ello, la Carta recomienda la creación de una
Red Nacional de Combate de la Violencia Letal Juvenil,
reuniendo a organizaciones no gubernamentales, movimientos sociales,
foros y articulaciones de derechos humanos, de negros y negras
afrodescendientes, de mujeres e indígenas que puedan criticar y vigilar la
actuación de los gobiernos.
El documento final de la Conferencia recomienda la aprobación inmediata
del proyecto de ley de la Cámara de Diputados 37/2006, que representa el intento
de creación de mecanismos efectivos para cohibir la violencia contra las
mujeres, víctimas de violencia de género doméstica e intrafamiliar, que son una
grave forma de violación de los derechos humanos.
Se denunció también el proceso de esterilización impuesto a las mujeres
indígenas y se exigió a la División de Salud de la Mujer, del Ministerio de
Salud, especial atención para con esos casos. El racismo afecta a los indígenas,
que continúan sufriendo violencia exacerbada y además son víctimas de masacres y
viven bajo la amenaza de extinción de varios de sus pueblos.
La Carta llama la atención hacia el cumplimiento de los derechos humanos
en relación con los portadores de necesidades especiales: "resaltamos la
necesidad de que en los informes de monitoreo de derechos humanos, políticas y
registros para fines estadísticos, sea siempre considerado el record específico
de las personas con deficiencia, sin perjuicio de los demás recortes de la
diversidad humana".
Para que Brasil avance en relación con los derechos de los homosexuales,
se recomendó la aprobación del Proyecto de Ley de la Cámara 1151/1995, que
reglamenta la unión civil entre personas del mismo sexo y que el Programa Brasil
Sin Homofobia, programa éste actualmente con acciones interministeriales, sea
convertido en un Plan Nacional.
La Carta recordó el compromiso asumido por la sociedad brasilera con los
niños desde la Constitución de 1988 y afirmó que: "la violencia sexual contra
niñas/os y adolescentes constituye una de las más crueles formas de violación de
los derechos humanos. Es necesario efectivizar políticas públicas de prevención
y enfrentamiento de esa realidad en el sentido de garantizar los derechos de ese
segmento infanto-juvenil."
Y además se reafirmó el compromiso con la política de desarme como
instrumento efectivo de disminución de los índices de criminalidad y violencia,
que debe ser reforzada con una profunda alteración de las políticas mantenidas
basadas en la letalidad y en la violencia de la acción de los aparatos de
seguridad.
El documento destacó la importancia de los defensores de los derechos
humanos en esta lucha: "La valorización y el reconocimiento del papel de los
defensores y defensoras de los derechos humanos es condición esencial para el
avance de la democracia y de la ciudadanía en Brasil. ¡Tenemos conciencia de
nuestra responsabilidad, vamos a continuar nuestra lucha!". Y también, expresa
que es necesario garantizar la defensa y promoción del derecho humano a la
comunicación, cuya importancia está ligada a la construcción de identidades y
subjetividades, así como a la conformación de las relaciones de
poder.
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Publicado por Adital/Patagonia Ciber Fem el 5 de Junio, 2006, 18:02
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Mujeres en la Política
Mujeres en la política
Adital - Patagonia Ciber Fem - Las Ministras de la Mujer de
Centroamérica y el Instituto de la ONU para la promoción de la mujer (INSTRAW,
por sus siglas en inglés) firmaron recientemente, en Panamá, un acuerdo
destinado a fortalecer presencia y participación política de las mujeres en los
espacios locales de toma de decisión en el marco de un proyecto apoyado por la
cooperación española. El compromiso fue el colofón a los dos días de reflexión y
trabajo entre el Consejo de Ministras de la Mujer de Centroamérica (COMMCA) y el
Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación de las Naciones Unidas
para la Promoción de la Mujer (INSTRAW).
El
acuerdo consensuado establece que el INSTRAW y el COMMCA desarrollarán
conjuntamente actividades nacionales y regionales tales como la elaboración de
estudios de investigación, la realización de talleres de capacitación técnica y
la difusión de buenas prácticas mediante herramientas de comunicación. Esta
alianza estratégica entre ambas instituciones se enmarca en el proyecto
"Fortalecimiento de la gobernabilidad con enfoque de género y la participación
política de las mujeres en el ámbito local", financiado por la Agencia Española
de Cooperación Internacional (AECI) y ejecutado por el INSTRAW en los países
andinos y centroamericanos, incluyendo México.
Según datos estadísticos compilados por el INSTRAW, la participación
política de la mujer en América Latina ha aumentado paulatinamente durante la
última década, pasando del 9% al 14%, en el poder ejecutivo; del 5% al 13%, en
el Senado; y del 8% al 15%, en la Cámara Baja o en los parlamentos unicamerales.
"En toda América Latina, se ha evidenciado una feminización de la vida política
el ámbito nacional", comentó la directora del INSTRAW, Carmen Moreno.
"Sin embargo, en el ámbito local, se ha estacionado. Las mujeres, que
representan más del 50% de la población latinoamericana, encabezan apenas el 5%
del total de las alcaldías", agregó la responsable del único instituto de la ONU
que trabaja exclusivamente para el progreso de las mujeres. "Es totalmente
inaceptable. No solamente para las mujeres. Las aún frágiles democracias
latinoamericanas no pueden avanzar si se desperdicia la mitad de la población y
si la presencia de las mujeres en la vida política sigue siendo ignorada",
enfatizó Carmen Moreno.
La
Ministra panameña de Desarrollo Social y Presidenta pro tempore del COMMCA,
María Roquebert León explicó que "gracias a la asesoría técnica brindada por el
INSTRAW, se va ir fortaleciendo tanto la capacidad de incidencia de nuestros
mecanismos nacionales como la del COMMCA para colocar en la agenda regional el
tema de la participación política de las mujeres como una cuestión de
democracia".
También la Secretaria de Estado de Cooperación Internacional de
España, Leire Pajín, suscribió el documento, en condición de Testigo de Honor, y
participó en la reunión con el INSTRAW y las ministras centroamericanas al
concluir en Panamá una gira regional que incluyó México, Honduras y El
Salvador.
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Publicado por Adital/Patagonia Ciber Fem el 5 de Junio, 2006, 17:58
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WIDE ANUAL CONFERENCE 2006
Send beijing+10 mailing list submissions to beijing+10@neww.org.pl To subscribe or unsubscribe via the World Wide Web, visit http://www.accent.com.pl/mailman/listinfo/beijing+10 or, via email, send a message with subject or body 'help' to beijing+10-request@neww.org.pl You can reach the person managing the list at beijing+10-owner@neww.org.pl When replying, please edit your Subject line so it is more specific than "Re: Contents of beijing+10 digest..."
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1. Press release from conference (Kinga Lohmann) Message: 1 Date: Mon, 05 Jun 2006 09:33:13 +0200 From: Kinga Lohmann <Kinga_Lohmann@zigzag.pl> Subject: [Beijing+10] Press release from conference To: beijing+10@neww.org.pl Message-ID: <6.1.2.0.0.20060605093111.03592dd0@pop3.zigzag.pl> Content-Type: text/plain; charset="us-ascii" Dear All,
Attached, please find the press release from the WIDE Annual Conference 2006: What 'state' are we in? Women's lives, changing States and expanding Markets. The conference was hosted by KARAT between 1 and 3 of June in Warsaw, Poland. This is the first news on the conference outcomes. More detail information will be available soon in a final report prepared after the conference. We will be very grateful if you circulate further attached information. Warmest regards, Joanna Szabunko Joanna Szabunko
Communication Officer KARAT Coalition ul. Karmelicka 16/13 00-163 Warsaw, Poland Tel/Fax: (+48 22) 6368307 www.karat.org, www.womenslabour.org ------ Yahoo! Groups Sponsor Home is just a click away. Make Yahoo! your home page now. http://us.click.yahoo.com/DHchtC/3FxNAA/yQLSAA/kCpqlB/TM
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Silnik (2006-01-25/2006-05-29) This message has been scanned by ArcaMail Engine (2006-01-25/2006-05-29) http://www.mks.com.pl -------------- next part -------------- A non-text attachment was scrubbed... Name: Press release6.doc Type: application/msword Size: 67584 bytes Desc: not available Url : http://www.accent.com.pl/pipermail/beijing+10/attachments/ 20060605/67c85b24/attachment.doc _______________________________________________ beijing+10 mailing list beijing+10@neww.org.pl http://www.accent.com.pl/mailman/listinfo/beijing+10
End of beijing+10 Digest, Vol 19, Issue 4
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Publicado por Boletin Beiging +10 el 5 de Junio, 2006, 17:46
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WIDE
Publicado por Boletin Beiging +10 el 5 de Junio, 2006, 16:22
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A todos y todas que siguieron la Cobertura de UNGASS+5:
Agradecemos a todos los medios comerciales
y alternativos, las ONGs de personas que viven con VIH y a aquellas que asisten
en respuesta a la pandemia.
A todos aquellos que leyeron con interés y
debatieron el material de esta cobertura, que otorgó acceso a documentos
oficiales de Naciones Unidas, de organismos internacionales, campañas, acciones
de la sociedad civil y noticias.
En próximos días, publicaremos la
cuestionada Declaración de UNGASS+5.
Ana Claudia Vaughan
Producción de Contenidos y
Moderación
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Publicado por Ana Claudia Vaughan el 5 de Junio, 2006, 16:14
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ONU - AYUDA CONTRA EL SIDA HASTA EL 2010
Naciones Unidas
triplica la ayuda para luchar contra el sida hasta el año
2010 |
Diario de Sevilla/es/Red VIH
Patagonia | |
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nueva york. Más
de 150 países aprobaron en la noche del viernes un programa de 53 puntos
para la lucha global contra el virus del sida, al término de una
conferencia de tres días celebrada en la sede de la ONU en Nueva York.
Según el documento, en cinco años toda persona infectada
con el VIH deberá tener en lo posible acceso a los medicamentos
antirretrovirales.
Para ello, la comunidad internacional decidió casi
triplicar hasta 2010 los gastos en la prevención y tratamiento del sida, y
poner a disposición entre 20.000 y 23.000 millones de dólares al año.
La declaración no establece quién deberá aportar los
fondos ni qué deberá realizar cada país individualmente. A pesar de ellos,
el secretario general de la ONU, Kofi Annan, alabó el acuerdo.
También el director de Onusida, Peter Piot, calificó la
estrategia contra el sida de la comunidad internacional como "una
declaración impresionante". Ahora, todos los países deberían estar
movilizados para ponerse altos objetivos para la implementación del
programa.
Naciones Unidas prometió cumplir lo más posible con su
"objetivo de acceso universal a la prevención, tratamiento, cuidado y
apoyo" de infectados con el virus.
Campañas de información para jóvenes, especialmente en
los medios masivos, así como la recomendación de usar preservativos deben
lograr que las futuras generaciones estén libres de sida. Además, la
comunidad internacional se compromete a lograr el acceso gratuito de todas
las embarazadas en el mundo a tests de VIH y en caso necesario al
tratamiento para la enfermedad.
"Estamos estableciendo una nueva dirección", dijo el
presidente de la Asamblea General de la ONU, Jan Eliasson, quien dirigió
la reunión de las 191 naciones que creó en marzo el Consejo de Derechos
Humanos y dijo que la experiencia le ayudó a negociar la declaración
política sobre el sida.
Sin embargo, el programa recibió críticas de numerosas
organizaciones.
ActionAid en Nueva York criticó que la declaración no
establece compromisos concretos para ningún país. "Es inconcebible que los
negociadores no lograron un acuerdo mayor que esta débil declaración,
mientras cada día mueren 8.500 personas por sida y hay 13.500 nuevas
infecciones", dijo la coordinadora Aditi Sharma.
Asimismo, la organización dijo que estaba indignada
porque determinados grupos vulnerables, como los usuarios de drogas
intravenosas, los trabajadores sexuales y los homosexuales no fueran
mencionados en la declaración.
Pero Peter Piot explicó que la declaración, que menciona
"grupos vulnerables" sin entrar en especificaciones, incluye a aquellos
grupos destinatarios del dinero de la ONU para que puedan comprar agujas
hipodérmicas estériles para drogadictos, y ha incorporado a los
homosexuales y trabajadores sexuales como receptores de ayuda.
Eliasson y Piot indicaron que se realizaron compromisos
financieros difíciles para incrementar el gasto actual de un promedio de
7.200 millones de dólares por año a 23.000 millones de dólares anuales
hasta 2008 con el fin de frenar la tendencia de la evolución del sida
hasta 2010. |
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Publicado por Diario de Sevilla/es/Red VIH Patagonia el 5 de Junio, 2006, 16:11
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* 8 DE MARZO - DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER |
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* CONVENIOS INTERNACIONALES SOBRE DDHH. DE LAS MUJERES |
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* LEYES DEL PERU PARA LAS MUJERES |
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DEFENSORIA DE LA MUJER, NIÑO, ADOLESCENTE Y DISCAPACITADO/A |
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