Migración y género
Adital - Patagonia Ciber Fem. En 1969 Juana, de San Salvador, dejó sus cuatro hijas y un hijo con su suegra y fue a cuidar los niños de otra familia en Nueva York. Ella cuenta que fue con "papeles" porque tramitó todo con una agencia de viajes en El Salvador. Ella era una de miles mujeres que abrieron los primeros caminos de la migración hacia los Estados Unidos. Según el Informe Sobre Desarrollo Humano de 2005 de El Salvador, las mujeres fueron las primeras en llegar y constituyeron la mayoría de los inmigrantes, entre los años 50 y 70, antes de que se agudizara la guerra.
En abril de este año, Douglas, un joven de un cantón en Victoria, Cabañas, salió sin papeles para el norte. Ahora vive en la casa de un amigo en Hearndon, Virginia. Ya está trabajando en la construcción y empieza a pagar las deudas adquiridas del viaje, y a ayudar a su madre que está cuidando a sus demás hermanos en el cantón. El representa la nueva oleada migratoria de hombres jóvenes.
Estas dos historias breves muestran la importancia que tiene que ver no solo la migración sino que hay experiencias muy diferentes entre hombres y mujeres y personas de diferentes generaciones. Las salvadoreñas en los EE.UU. tienen empleos que son muy diferentes al de los hombres. Una buena parte de ellas son empleadas domésticas, cuidan niños o limpian edificios. Los hombres trabajan en la construcción, en restaurantes, y jardinería entre otras cosas.
En los últimos 20 años como resultado de todo ese movimiento de madres, hijos, hermanas, abuelos y primas, el país ha cambiado dramáticamente. Por ejemplo, la encuesta de hogares de propósitos múltiples (EHPM) registró en 1992 que el 26% de los hogares fueron manejados por una mujer pero para 2004 ha subido al 32%. En Concepción de Oriente, el municipio que tiene el mayor porcentaje de hogares que reciben remesas (63%), cuatro de cada 10 hogares es liderado por una mujer. Y por cada 100 mujeres que viven en el municipio, solo hay 76 hombres.
De acuerdo con Katharine Andrade-Eekhoff, consultora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y especialista en el tema de las migraciones salvadoreñas internacionales, es necesario tomar en cuenta que la migración es un fenómeno que inciden en las vidas de los hombres y las mujeres en diferentes formas, tanto entre los y las que están en los EE.UU. como en sus lugares de origen".
La experta señala que las mujeres y hombres que emigran aunque a veces asumen nuevos papeles en los EE.UU. frecuentemente realizan roles semejantes a los que siempre hacen según su género. Para el caso, "las mujeres que todavía viven en Concepción de Oriente cuidan a sus nietos pero también contratan a los jornaleros para cultivar la milpa - algo que hacían típicamente los hombres", añade. Al mismo tiempo, de acuerdo con el testimonio de ellas mismas, que la violencia de género ha bajado en el municipio porque no hay tantos hombres. "Los hombres en Concepción de Oriente han aprendido que pegar a su esposa ya no es aceptable debido a que durante su estadía en los EE.UU. donde la violencia de genero no solo es penada por la ley sino que también las sanciones son efectivamente impuestas", indica.
Estas vistas tanto femeninas como masculinas son parte de la agenda del Taller el Centroamericano de Género y Migración a realizarse el miércoles 28 de junio en FEPADE. Los organizadores, el PNUD y la Red Internacional de Migración y Desarrollo (RIMD), esperan que sea un primer paso en la necesidad de entender la migración desde una perspectiva de genero.
En abril de este año, Douglas, un joven de un cantón en Victoria, Cabañas, salió sin papeles para el norte. Ahora vive en la casa de un amigo en Hearndon, Virginia. Ya está trabajando en la construcción y empieza a pagar las deudas adquiridas del viaje, y a ayudar a su madre que está cuidando a sus demás hermanos en el cantón. El representa la nueva oleada migratoria de hombres jóvenes.
Estas dos historias breves muestran la importancia que tiene que ver no solo la migración sino que hay experiencias muy diferentes entre hombres y mujeres y personas de diferentes generaciones. Las salvadoreñas en los EE.UU. tienen empleos que son muy diferentes al de los hombres. Una buena parte de ellas son empleadas domésticas, cuidan niños o limpian edificios. Los hombres trabajan en la construcción, en restaurantes, y jardinería entre otras cosas.
En los últimos 20 años como resultado de todo ese movimiento de madres, hijos, hermanas, abuelos y primas, el país ha cambiado dramáticamente. Por ejemplo, la encuesta de hogares de propósitos múltiples (EHPM) registró en 1992 que el 26% de los hogares fueron manejados por una mujer pero para 2004 ha subido al 32%. En Concepción de Oriente, el municipio que tiene el mayor porcentaje de hogares que reciben remesas (63%), cuatro de cada 10 hogares es liderado por una mujer. Y por cada 100 mujeres que viven en el municipio, solo hay 76 hombres.
De acuerdo con Katharine Andrade-Eekhoff, consultora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y especialista en el tema de las migraciones salvadoreñas internacionales, es necesario tomar en cuenta que la migración es un fenómeno que inciden en las vidas de los hombres y las mujeres en diferentes formas, tanto entre los y las que están en los EE.UU. como en sus lugares de origen".
La experta señala que las mujeres y hombres que emigran aunque a veces asumen nuevos papeles en los EE.UU. frecuentemente realizan roles semejantes a los que siempre hacen según su género. Para el caso, "las mujeres que todavía viven en Concepción de Oriente cuidan a sus nietos pero también contratan a los jornaleros para cultivar la milpa - algo que hacían típicamente los hombres", añade. Al mismo tiempo, de acuerdo con el testimonio de ellas mismas, que la violencia de género ha bajado en el municipio porque no hay tantos hombres. "Los hombres en Concepción de Oriente han aprendido que pegar a su esposa ya no es aceptable debido a que durante su estadía en los EE.UU. donde la violencia de genero no solo es penada por la ley sino que también las sanciones son efectivamente impuestas", indica.
Estas vistas tanto femeninas como masculinas son parte de la agenda del Taller el Centroamericano de Género y Migración a realizarse el miércoles 28 de junio en FEPADE. Los organizadores, el PNUD y la Red Internacional de Migración y Desarrollo (RIMD), esperan que sea un primer paso en la necesidad de entender la migración desde una perspectiva de genero.
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