lun 21 ago 2006 07:15:00 CEST
El modelo noruego de cuotas femeninas obligatorias enciende el debate social
Las organizaciones empresariales europeas y
la mayoría de las grandes empresas se han pronunciado rotundamente
contra la imposición de cuotas.
El estancamiento en la incorporación de mujeres a la
alta dirección tanto en Europa como en Estados Unidos, así como la
ampliación de las diferencias regionales a favor de los países
escandinavos, ha reabierto el debate sobre la necesidad de implantar
cuotas obligatorias de mujeres para avanzar hacia la paridad de sexos
en la alta dirección.
Los defensores de las cuotas señalan el éxito que ha tenido Noruega,
donde la ley obligará a que al menos el 40% de los consejeros sean
mujeres a partir del 2007. El estudio de la EPWN señala que esta ley ha
hecho aumentar ya el número de consejeras, hasta ocupar el 28,8% de los
puestos (frente al 22% del 2004), y ha arrastrado también a los países
vecinos donde hay un gran debate social sobre la necesidad de aprobar
leyes similares. Así, todas las grandes empresas que recoge el estudio
en Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia tienen al menos una mujer en
sus consejos y el porcentaje de mujeres consejeras ronda el 20%. En el
resto de Europa, en cambio, la incorporación de mujeres a los consejos
se ha estancado e incluso ha caído en Austria (6,8%), Alemania (7,2%),
Holanda (6,5%) y Suiza (5,9%). Mientras la presencia de las mujeres
crece en un país muy liberal como es el Reino Unido (11,4%).
Las organizaciones empresariales europeas y la mayoría de las grandes
empresas se han pronunciado rotundamente contra la imposición de
cuotas. El profesor de Esade Juan Ignacio Sanz señala que "por
coherencia liberal, hemos de decir que cualquier régimen
intervencionista es contraproducente". La cuota, explica, podría
perjudicar "a las mujeres que ya han alcanzado puestos de alta
dirección y pueden sentir que se desvaloriza su esfuerzo al vincularse
su presencia a unas cuotas impuestas". Para Sanz, "quizá la mejor
solución, aunque utópica, sería utilizar las cuotas para alcanzar una
posición de paridad de sexos y a partir de ahí, tras unos años,
suprimirlas y dejar la promoción a los méritos de cada uno".
En España, el Código Conthe sobre el comportamiento de las empresas
cotizadas incluía en su primer borrador el modelo noruego y pedía que
las mujeres ocupasen el 40% de los puestos del consejo. El código, con
recomendaciones de buenas prácticas para las sociedades cotizadas pero
no de obligado cumplimiento, despertó el rechazo de las empresas y de
la CEOE, y no ha recogido en su versión definitiva esta recomendación,
sino sólo una apelación más genérica a que las empresas avancen hacia
la paridad de género en sus consejos.
La Vanguardia
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