EL OJO DE LA
BALCELLS
Este artículo
deberíamos escribirlo con los ojos, porque no imagina usted que nos lee, lo difícil que es hacerlo con los
manos. Haremos que cada vez que nuestros dedos golpeen el tablero sea como
disparar una cámara fotográfica para poder decir algo de una periodista que,
según lo constatamos en algunas páginas web, es una española a la que los europeos quieren admirar
y que ha escrito sus mejores páginas retratando la tragedia que es toda
guerra, a la que va siempre,
acompañada de una máquina fotográfica.
Eran los 90 y se
instaló en Yugoslavia, la tierra de la tercera vía, la autogestión y el
gobierno de un hombre que
utilizaba su nombre de guerra para dirigir a los ciudadanos: el Mariscal Tito,
el monarca sin corona. En 1991 la Federación Yugoslava estallaba con una
horrenda guerra. En este momento inició Sandra Balsells su trabajo
periodístico. No dejaría de hacerlo hasta la caída de Milosevic, la Bestia
Negra de Occidente, ex presidente yugoslavo porque acabó con el país y ex
presidente serbio que se sirvió de ellos para consumar su estrategia genocida
y hegemonista. En todo ese tiempo, la Balsells fue testigo y trabajó para la
historia recopilando testimonios gráficos y periodísticos sobre la horrorosa
Guerra de los Balcanes.
La
periodista imparable, declaró, hace algún tiempo, para Miriam Rodríguez, otra
comunicadora española, que el
trabajo fotográfico crea un
vínculo con la persona que esta al otro lado del objetivo. Es muy extraño,
porque estas inmortalizando a una persona de la que no sabes nada. Hizo
muchas fotos, que publicó en el 2002 en el libro Balkan in Memorian,
seleccionó 100 fotografías que tomó en Croacia y Bosnia-Herzegovina. Cuando
pensó que esos rostros de la
guerra le serían siempre familiares de tanto mirarlos, se reencontró con esas caras
anónimas en el 2004. Esos días se rodó en España el documental Retratos del
Alma, dirigido por Ángel Leiro, que recrea la historia de los retratados,
después de la guerra. Allí vio a Amra, una joven bosnia, a la que conoció
ametrallada en un hospital. Trece años después la volvió a ver y no quiso
volver a fotografiarla.
Sandra
Balcells, reclama a los periodistas que deberían denunciar y reflexionar mas
seguido sobre las guerras y sus atrocidades porque es una manera de hacer
justicia a los protagonistas de las guerras que inmortalizamos y luego
olvidamos. Exclama la ex periodista de The Times que,
una vez, fue a Yugoslavia a cubrir el desmembramiento de una federación y se
encontró con una guerra. Tuvo que aprender muy rápido y probó que se puede
cubrir una guerra si tienes una férrea voluntad de trabajar y sientes que es
tu deber. Esta demás decir que para ella, el fotoperiodismo es el rescate
de los olvidados de la historia. Como para no olvidarla Sandra Balsells ha
ganado el premio José Ortega y Gasset, al mejor trabajo periodístico el pasado
4 de mayo de este año.
La
experiencia de la catalana, actualmente de 40 años, va mas allá, desde los
tiempos bélicos, colabora con numerosas publicaciones europeas, enseña
periodismo en la Universidad
Ramón Llull, realiza trabajos humanitarios, ha recorrido muchos paises
y vivido difíciles coyunturas en Medio Oriente, Haití, Mozambique, Cuba y se
estremeció cuando en Rumania, en las puertas de la Europa opulenta, vio como
viven muchos jóvenes rumanos, sin expectativas y futuro, con el perpetuo deseo
de huir.
Que
el mundo siga mirándose en tus ojos Sandra, la foto reportera
imparable.