Jueves, 14 de
septiembre de 2006

Mujeres indígenas,
experiencias diversas
Actualidad Colombiana *
Adital
- Rostros
femeninos, atuendos tradicionales, miradas profundas y voces pausadas, pero con
palabra de mando y decisión; fueron algunas de las características de las
mujeres indígenas que se dieron cita en Bogotá en el marco del Segundo
Seminario Internacional: "Mujeres indígenas, territorialidad y
Biodiversidad", el cual inició el pasado el miércoles y finalizó hoy 8 de
septiembre en la Universidad Nacional. La organización del seminario estuvo a
cargo de la Fundación Natura, la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) y la
Universidad Nacional de Colombia.Sus historias y contextos connotan la
identidad desde su género, su concepto de territorialidad y su biodiversidad;
creados por estas mujeres a partir de cada experiencia de vida, en sus pueblos
y con sus familias. En este ambiente desarrollan proyectos profesionales y
humanitarios, los cuales compartieron con otras mujeres de América Latina en el
distrito capital.
Aseguran que los logros obtenidos en sus
carreras son producto del trabajo mancomunado y no sólo de su labor como
líderes. "Aunque llevemos la bandera y la vocería de los procesos, somos
el resultado de un esfuerzo colectivo". De igual forma tienen claro su
representación en nombre de la lucha de las mujeres anónimas que intentan
adaptarse al ritmo cambiante de la sociedad, pero sin perder sus costumbres y
siempre argumentan que tienen claro deben ser portadoras de propuestas en pro
de las mujeres indígenas y los pueblos.
Actualidad Étnica habló con algunas de ellas.
Con palabras suaves, pero con gran convicción, contaron resultados y
concepciones del trabajo como mujeres indígenas; mostraron que son líderes y
tienen mucha energía para enseñar a otras mujeres y a los hombres a luchar por
su identidad y por su etnia.
Este es el caso de Rosa Guamán, ella es de
origen ecuatoriano, pertenece a la comunidad Quechua de la provincia de
Chimborazo. Admite que su nivel de educación es de básica primaria, pero esto
no la ha detenido en su trabajo comunitario.
Rosa Guamán, una apuesta por la medicina
tradicional
"No tengo preparación académica, pero me
he formado con la de mi pueblo y llevó 30 años en la lucha por esos ideales y
por mi familia; no tengo un cartón, aún así he ingresado a muchas universidades
como ahora, contando cuál ha sido mi trabajo".
Rosa Guamán es la gerente de la Asociación de
Productos de Plantas Medicinales "Jambi Kiwa", que significa hierba y
remedio, cuya razón social es la producción de medicamentos naturales. Es una
empresa de carácter comunitario; busca rescatar la sabiduría ancestral, la
organización de la biodiversidad; trabajar orgánicamente en el manejo de los
ingredientes naturales, es líder en el país como empresa comunitaria; y recibió
el reconocimiento internacional "Premio a los Emprendimientos Exitosos de
Mujeres del Uruguay".
Guamán considera que la falta de credibilidad
por no tener una educación académica que le respalde, ha sido uno de sus
mayores impedimentos como mujer; además de las estructuras impuestas por la
sociedad colonial, como se denomina a la cultura blanca. "La mujer sirve
para el hogar, pero no más. Sin embargo mi historia de vida demuestra que he
luchado por reconquistar los derechos y qué la mayor satisfacción es haber
podido servir a mi pueblo, sustentar mi identidad y enseñarle a mi familia
quiénes somos y qué hacemos desde la cultura de nuestros antepasados, porque
hemos ayudado a muchas, pero a muchas mujeres, también a hombres y se ha
conseguido romper un poco con la cadena de opresión".
La comunidad Quechua es integral, es decir
considera a las mujeres y los hombres por igual, "las mujeres no sólo nos
quejamos damos soluciones, porque tenemos muy poco tiempo de vida, si alcazo
100 años y es necesario como dadoras de vida, utilizar hasta el último minuto y
eso es muy poco".
Sobre Colombia dijo que había llegado a creer
que sus pueblos indígenas habían desaparecido, pero la visita al país le ha
permitido conocer la valentía de estas comunidades que han sobrevivido al
conflicto armado, narcotráfico y la exclusión. Le impactó la capacidad de sus
compañeras para sortear las dificultades y buscar soluciones a grandes
problemas.
Georgina Méndez Chiapas, una mirada al mundo
femenino
Ella es de familia indígena Chole del
suroriente del país centroamericano; su experiencia la cuenta a través del
tiempo que ha compartido con mujeres en su territorio, en Ecuador y
últimamente, en Colombia.
"Yo he aprendido mucho en cuanto a que
tengo experiencias de los tres espacios. En México la demanda de la ley
revolucionaría de las mujeres indígenas ante las comunidades y ante el Estado
general, cambió el panorama; ella pedían control y decisión personal sobre el
número de hijos que querían tener, la educación, la demanda pública, el empezar
a construirse como sujetos políticos. Ellas lograron después de eso, no sólo
que los hombres las reconocieran, sino que la academia las aceptara con
derechos propios. Las mujeres ecuatorianas son unas líderes excepcionales,
constantemente están en los espacios de participación, peleándole los lugares a
los hombres; ellas no tienen demandas propias pero están siempre presentes en
todos los procesos, todo el tiempo e incluso tienen escuelas para la educación
de mujeres. Colombia por gravedad del conflicto, el peso lo llevan las mujeres,
pero están constantemente renegociando los espacios, luchando por una forma
colectiva y tienen una tarea muy difícil, porque implica que defiendan sus
derechos indígenas en todas sus formas".
Ana Pérez Conguache, "el reto de las
mujeres, es la solidaridad"
Desde Guatemala estuvo, Ana Pérez, abogada de
profesión e investigadora en el área ambiental legal y de la comunidad Maya.
Considera que los retos para las mujeres son diversos y en todos los campos,
porque el espíritu de la mujer maya debe ser integral, pero admite que la
división al interior es muy fuerte y debe sanarse para combatir otras circunstancias
adversas: "El reto esencial para la mujer indígena es eliminar el egoísmo
y la envidia porque entre las mujeres no debemos discriminarnos, quitar esas
malas visiones y enemistades que tenemos entre nosotras. El libro sagrado de
los mayas nos invita a no olvidar dónde estamos, de dónde venimos y qué
queremos hacer"
Pérez argumenta que sumado a lo anterior es
necesario que la mujer ingrese activamente a la dinámica del sistema
informativo considera que el principio de "Informado Previo" le permitirá
ser manipuladora del conocimiento de su entorno, por lo tanto, tomará
decisiones más importantes y se le abrirán más espacios.
Para la líder guatemalteca el seminario tuvo
sus aspectos positivos y negativos, pero es bueno rescatar el trabajo de las colombianas
desde la academia, porque si bien es cierto que no son indígenas, están
ayudando a evidenciar y enfocar las principales problemáticas. "Fue
incomodo escuchar decir a las compañeras que quiénes son las antropóloga
aldinas para contar qué cosas suceden al interior de los pueblos, que no tiene
la legitimidad; eso puede ser cierto, pero el respeto al trabajo que ellas
hacen por mostrar la realidad a la luz pública, debe valorarse. También es
importante que aquellas mujeres que viven en los resguardos y son líderes allí,
vengan y cuenten la versión de sus historias para complementar los procesos; en
lugar de ser contrarios, pero rescatando una misma causa, es ideal unirnos como
género ya seamos indígenas ó no indígenas".
Karmen Ramírez Boscán, apropiarse del papel de
mujer
Es diseñadora gráfica y líder indígena, con
acento pronunciado, pausado, pero con firmeza y convicción de sus ideales; ella
aprecia como interesante los espacios de los cuales las mujeres se apropian de
su papel. Considera que hay un gran vacío entre lo que estudian los académicos
y lo que verdaderamente está sucediendo; "A pesar que hay muchos indígenas
que no tenemos el perfil académico, hay otros que si, dónde están para dar
espacio a discutir desde la perspectiva indígena". Agrega que es
interesante que las mismas mujeres puedan establecer un espacio continuo como
el seminario o la creación de redes nacionales o internacionales, así
aprovechar la convocatoria de las mujeres asistentes.
Olivia Prado Latín, gobernadora urbana
Esta mujer es gobernadora del cabildo indígena
Páez Pueblo Nasa de la localidad de Kennedy en Bogotá; está casada con un
sociólogo, quien a su vez ha trabajado siempre con indígenas. La labor del
cabildo pertenece a la visión urbana de las problemáticas de la comunidad, pues
son desplazados del Cauca, del Tolima y otras familias que han emigrado por
diversas razones. "Mi vida me ha enseñado a valorar mucho las enseñanzas
ancestrales y la civilización nos ha invitado a tratar de rescatar a los
jóvenes, porque ya no quieren seguir nuestras costumbres y nuestra tarea como
madres es rescatarlas, enseñarles la lengua y el respeto por la madre tierra,
aunque estemos lejos del territorio".
La posibilidad de ser mujer, líder e indígena
le ha permitido tener el proceso evolutivo, empezó siendo presidente de una
asociación y ahora es la gobernadora del cabildo; cuenta que se siente
realizada porque ha participado del consejo de planeación, de cultura, de
juventudes y pertenece al programa Mujer y Genero. "Una experiencia linda
para seguir trabajando mancomunadamente y ver cómo otras mujeres mestizas toman
el ejemplo de nosotras".
Ser mujer indígena
Sus anécdotas no resumen en las líneas de un
texto, porque su trabajo se presenta con luz propia para engrandecer la cultura
de cada pueblo; una lucha constante por no desaparecer; y la necesidad
individual de acoplarse a los nuevos movimientos sociales. Esa batalla que
libran cada día en sus resguardos, deben hacerlo contra las sociedades
machistas de América Latina y tratando de integrar el proceso a las costumbres
de cada pueblo. Sin embargo ninguna de ellas manifiesta sentir tristeza y dolor
por sus batallas pérdidas, por el contrario afirman que fueron y son necesarias
para la reformulación de sus estrategias de vida.
* CINEP
|