Misión internacional
visitará Colombia
Se requiere papel más activo para detener etnocidio de indígenas
Eduardo Tamayo G.
ALAI AMLATINA, 12/09/2006.- Entrevista con Luis Evelis Andrade Casama,
presidente de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).
El panorama de los pueblos indígenas colombianos es desolador. Ellos son
los principales afectados por el conflicto armado que es de vieja data y
no tiene visos de solución. Dieciocho pueblos indígenas están en peligro
de extinción, solo en lo que va del año han sido asesinados 70
indígenas, en tanto 5.600 han sido desplazados de sus resguardos. Esta
grave situación humanitaria ha concitado la atención internacional.
Desde el 19 al 29 de septiembre, una Misión Internacional de
Verificación visitará Colombia con el objetivo de constatar la situación
de violaciones de derechos humanos y el derecho internacional
humanitario de los pueblos indígenas. La Misión, compuesta por delegados
y delegadas de al menos ocho países europeos, Estados Unidos y América
Latina, se desarrollará en cinco pueblos y regiones cuyas situaciones
son emblemáticas para la lucha indígena: los nasa del Cauca, embera
katío del Alto Sinú (Córdoba), kankuamo y wiwa de la Sierra Nevada de
Santa Marta (Cesar), u'wa de Arauca y nukak makú de Guaviare.
Luis Evelis Andrade, indígena embera y presidente de la ONIC, en la
siguiente entrevista, habla de las nuevas amenazas que se ciernen sobre
los indígenas colombianos y demanda un papel más activo de Naciones
Unidas, la sociedad civil y de los pueblos indígenas “a fin de atacar
las causas que han originado esta crisis humanitaria, evitar y detener
el etnocidio del que hoy somos víctimas”.
- En el segundo mandato del Presidente Alvaro Uribe, ¿Cómo les está
yendo a los pueblos indígenas?
Realmente el panorama para los pueblos no es nada alentador, es un
panorama que genera mucha preocupación dado que Uribe tiene un 70 por
ciento en el Congreso, y el ha planteado una serie de reformas legales,
todas tienen que ver con el tema territorial y con el acceso a los
derechos que los pueblos indígenas ya hemos conquistado en la
Constitución de 1991 y en distintas leyes, gracias a nuestro proceso de
lucha y resistencia. En este momento está cursando en el Congreso un
proyecto de Ley presentado por el Gobierno que se llama Ley de
Desarrollo Rural, en él se plantea no crear más resguardos indígenas,
reducir el tiempo de la prescripción sobre los derechos de los
territorios en el campo. Y nosotros vemos esto como un peligro, porque
la historia nos ha mostrado que cada vez que los terratenientes y
algunos sectores económicos han querido apropiarse de la tierra, han
impulsado procesos de guerra, de persecución al campesinado con el
pretexto de que son colaboradores de la insurgencia. Y tenemos
preocupación, porque nosotros los indígenas tememos que podamos ser
desplazados masivamente de nuestros territorios bajo la estrategia de
combatir a la guerrilla y el narcotráfico, y que pasados cinco años las
comunidades que no regresen pierdan sus derechos. Además existe un
proceso de criminalización de la protesta social, nosotros hemos
realizado varias movilizaciones, y antes de que salgamos a marchar
pacíficamente nos han acusado de ser guerrilleros, de que nuestras
marchas están infiltradas por las FARC para deslegitimar toda nuestra lucha.
En riesgo de extinción
De otra parte, realmente no existe una política de Estado tendiente a
garantizar la pervivencia y los derechos de los pueblos indígenas,
tenemos más de 18 pueblos en peligro de extinción. En el gobierno de
Uribe que acaba de pasar y en este nuevo que comienza, la violación a
los derechos humanos se han incrementado, solo en lo que va de este año
llevamos más de 70 asesinatos de indígenas, registramos más 5.600
desplazados, tenemos muchos indígenas en situación de confinamiento,
porque los actores armados no los dejan salir. La insurgencia no los
deja salir porque los señala de ser colaboradores de los paramilitares,
pero a la vez la fuerza pública les restringe la entrada de medicamentos
y alimentos bajo la acusación de que lo que llevan es para la guerrilla.
- Entonces, siguen los indígenas entre dos y tres fuegos…
En muchas ocasiones así sucede, pero sabemos que la guerra se está
impulsando para controlar el territorio y acceder con mayor facilidad a
los recursos naturales y evitar que haya unas comunidades organizadas
que reclamen derechos.
En respuesta a esta situación, entre el 20 y 30 de septiembre estamos
impulsando la realización de una Comisión Internacional de Verificación
con más de 20 representantes de la comunidad internacional, de ONGs, tal
vez con el acompañamiento de las Naciones Unidas. El propósito es hacer
una evaluación del estado de cumplimiento de las recomendaciones de la
Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas y del
relator especial sobre derechos y libertades fundamentales de los
Pueblos Indígenas; vamos a visitar 4 regiones, vamos a desarrollar un
foro nacional el 28 de septiembre.
- ¿Cuáles son los objetivos de esta Misión de Verificación?
La idea es a partir de allí levantar un informe y hacer un trabajo de
incidencia en Estados Unidos y en Europa. La Misión tiene como
objetivos: uno, hacer una evaluación del listado del cumplimiento de las
recomendaciones que ha hecho el Relator de Naciones Unidas sobre Pueblos
Indígenas; dos, visibilizar toda nuestra problemática y tres,
constituir, a partir de esta Misión, un equipo de observadores
permanentes de la situación de derechos humanos y colectivos de los
pueblos indígenas. Esperamos que se sumen una serie de intelectuales,
entre ellos el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel. La idea es
también ir generando las condiciones para hacer una sección del Tribunal
de los Pueblos sobre el Genocidio en Colombia, también mostrar la
realidad de algunos pueblos en riesgo de extinción que amerita que el
gobierno defina una estrategia para que estos pueblos puedan seguir
viviendo, y de otro lado para señalar que la guerra se da en nuestros
territorios no porque seamos subversivos o paramilitares, la guerra se
desarrolla porque obedece a una lógica de expropiación de nuestros
territorios, de saqueo a nuestros recursos naturales, en lo cual están
muy comprometidas las multinacionales.
- Desde el punto de vista indígena, ¿cómo ve el proceso de paz con los
paramilitares?
Es un proceso de paz que va a dejar un sabor muy amargo para los
colombianos, porque el proceso de paz no puede circunscribirse solo a
que se desmovilicen solos unos grupos aparentemente, porque ellos siguen
teniendo el control político, el control territorial, el control
administrativo donde quiera que han funcionado. Y también siguen
intimidando a los sectores para que dejen de reclamar sus derechos: Este
es un proceso que no se ajusta a los criterios de justicia y reparación,
porque todos conocemos a todos los comandantes de los paramilitares, son
reconocidos y ya hablan en público, pero no hemos podido saber quiénes
estuvieron detrás de esta empresa de muerte contra los campesinos e
indígenas que fueron masacrados y asesinados, quiénes patrocinaron,
desde los sectores económicos y políticos esos crímenes de lesa
humanidad, que en este proceso de paz buscan ocultarlos totalmente.
Ni verdad ni reparación
En este proceso de paz tampoco hay reparación, porque lo que observamos
es que los victimarios están siendo mejor tratados e indemnizados que
las víctimas, porque la población desplazada es víctima del
paramilitarismo y de la guerra en general, de la confrontación, y ahora,
en este proceso de paz, la Comisión de Reparación no los tiene como
víctimas centrales sino que ha hecho una gradación de víctimas, y ellos
están en el último escalón. Con ello, no están dando un mensaje de que
en este país van a seguir desplazando y cada vez que quieran apropiarse
de las tierras se crean grupos paramilitares. Entonces no va haber
reparación real ni se va a decir la verdad, primero tiene que decirse la
verdad para que la gente pueda aceptar y pacificarse. Se plantea que el
proceso de paz implica un sacrificio para a gente, pero ser siempre el
sacrificio de las víctimas y las prebenda y los beneficios para los
victimarios. Sacrificarse no quiere decir que ocultemos la verdad y que
no sepamos qué pasó con nuestros muertos y desaparecidos. Y el otro, el
tema de la justicia. Este proceso de paz busca, a nuestra manera de ver,
generar las condiciones para que los paramilitares que han cometido
crímenes de lesa humanidad y que han estado asociados al narcotráfico,
no vayan a ser llamados a juicio por la Corte Penal Internacional y que
no sean extraditados, por el tema del narcotráfico, a Estados Unidos.
Esa es su preocupación central, lo demás no les preocupa, ellos saben
que todo el mundo también sabe que ellos fueron los que mataron, los que
masacraron a tanta gente, y que eso a la hora de la verdad no lo van
reparar. Nosotros hemos señalado que el Presidente Uribe y su gobierno
en general están ayudando a los paramilitares a resolver el tema de la
extradición.
- ¿Cómo ve el proceso de suscripción del TLC con Estados Unidos, cómo
repercutirá en los pueblos indígenas?
Aunque algunos dicen que nosotros estamos viendo fantasmas, que estamos
haciendo discursos populistas, que nosotros no tenemos razón cuando
decimos que el TLC no va a perjudicar, nosotros seguimos reafirmando que
sí. Primero porque hay una cláusula de salvaguarda que nosotros no la
conocemos, ¿por qué no nos la dicen?, parece el proceso de paz con los
paramilitares. Dos, no creemos que el proceso de entrega y desactivación
del campo no vaya a tener consecuencias para los indígenas, no creemos
que no vaya a tener consecuencias el tema de propiedad intelectual y el
acceso de los recursos genéticos; no tenemos claridad qué ha pasado ahí,
y si no tenemos claridad cómo vamos a pensar que están garantizados
nuestros derechos. De otro lado, el TLC requiere, para su
materialización, la construcción de grandes obras de infraestructura que
van a afectar nuestra territorialidad, megaproyectos como
hidroeléctricas, el acceso al conocimiento tradicional y va afectar
nuestros derechos. Y de otra parte, se va afectar la soberanía nacional
y los indígenas también vamos a ser afectados. El gobierno ya negoció el
TLC, nosotros teníamos mucha esperanza de que en el Congreso se pudiera
dar un rediccionamiento, unos condicionamientos, pero en un panorama en
el que Uribe tiene más del 70 por ciento a su favor, es muy complejo
para nosotros.
- Los indígenas continúan, sin embargo, en un periodo de resistencia…
Hay muchas amenazas, pero también muchas resistencias. Es un período que
llama a la unidad, al fortalecimiento de nuestras organizaciones, a
defender lo que es nuestro, a buscar alianzas con otros sectores, con
otras organizaciones indígenas en este caso de la Comunidad Andina, pero
también a aunar esfuerzos con campesinos. Ojalá la represión no sea tan
fuerte que permita que los pueblos podamos, por lo menos, dejar
constancia de que hemos querido defender la dignidad de nuestra gente.
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