Empresarias, sí o sí
Noruega ha logrado un éxito sin precedentes en su plan de
igualdad: el 80% de las empresas cuenta ya con un 40% de mujeres en sus
consejos de administración
07-01-2008 - El reloj de la igualdad noruega dio
sus últimas campanadas el pasado 1 de enero, la fecha límite para que
las grandes empresas cumplan con la ley pionera que les obliga a contar
con -al menos- un 40% de mujeres en sus consejos de administración. A
falta de datos definitivos, el Gobierno calcula que cerca del 80% de
las empresas que cotizan en bolsa cuentan ya con el mínimo requerido,
aunque sacar adelante esta iniciativa, que ha contado desde el
principio con la oposición de la patronal, no ha sido fácil para el
Ejecutivo socialdemócrata noruego.
En las últimas semanas se ha producido un aluvión de consejos
extraordinarios en las empresas que han tratado hasta el último momento
de evitar quedarse fuera de la ley. Otras compañías podrían los
tribunales y enfrentarse al cierre como sanción, y hasta cerca de 80
han optado por cambiar de forma jurídica -los sociedades limitadas
están exentas- para burlar la ley. Aún así, el Gobierno de Oslo está
convencido de que el sistema de cuotas que hace más de tres décadas
impuso en los cargos políticos es la única vía para romper el llamado
techo de cristal de las mujeres y lograr una sociedad más democrática.
"Más del 50% de los licenciados son mujeres. No entendemos por qué
tienen que quedarse fuera del proceso de toma de decisiones. Hay que
utilizar todos los recursos humanos del país, no sólo la mitad de
ellos", explica la ministra de Igualdad noruega Manuela Ramin-Osmundsen
en una entrevista telefónica. "Los hombres tienden a elegirse entre
ellos porque es lo más fácil. Se conocen, han estudiado juntos, son
amigos...", dice, por lo que cree que sin medidas coercitivas el cambio
no sería posible.
Las cifras le dan la razón. Mientras que hace dos años el porcentaje de
mujeres en los consejos de administración de las empresas rondaba el
15,5%, esa cifra alcanzó el 33,9% en diciembre pasado tras meses de
puesta en práctica de la ley, aprobada por el Gobierno anterior en 2003.
La norma, dirigida a las grandes sociedades anónimas además de a las
empresas públicas, y que en total obliga a unas 500 compañías, no es
una medida aislada sino una pieza más de la premeditada maquinaria
política y legal que ha convertido a Noruega en la meca de la igualdad.
Este rico país de 4,7 millones de habitantes fue el primero en Europa
en permitir el voto a las mujeres en 1913. La paridad en los gobiernos
data de finales de los sesenta, pero los puestos directivos han sido,
sin embargo, un bastión masculino hasta la promulgación de la ley. A
ésta no le faltan tanto defensores como detractores, aunque sin duda
cambiará el panorama empresarial del país.
Sigrun Vageng, directora ejecutiva de la confederación de empresarios
noruegos (NHO), figura entre los detractores. Vageng piensa que las
empresas "tienen que ser libres" para elegir sus consejos de
administración. "Pero la mayoría del Parlamento aprobó la ley y desde
esta semana la tenemos que cumplir. Así que en vez de luchar a la
contra hemos decidido ver qué podemos hacer para que nuestras empresas
cuenten con las mejores ejecutivas", afirma.
Haciendo de la necesidad virtud, la patronal puso en marcha el programa
Female Future (Futuro Femenino) por el que ya han pasado unas 600
mujeres en puestos de responsabilidad que han recibido la formación
necesaria para formar parte de un consejo de administración. Y, tal vez
lo más importante, a esas mujeres se les ha puesto en contacto con
presidentes de las grandes empresas para que se conozcan y tratar así
de ampliar los círculos de contratación masculinos. Un 60% de las
mujeres que participaron en el proyecto recibieron una oferta para
entrar en un consejo de administración, según la NHO.
A sus 39 años, Kari Nicolaisen es una de las 600 que recibió la
formación. A esta directiva de Ringnes AS, la mayor compañía cervecera
y de refrescos del país, no le hace ninguna gracia que la ley obligue a
contratar mujeres. "Yo no estoy a favor de que se elija a alguien por
ser mujer. Yo quiero que me elijan por mis méritos". A renglón seguido
vienen los peros. "Pero la realidad es que los hombres terminan
eligiéndose entre ellos. Se sienten más cómodos relacionándose con sus
códigos".
A pesar de haber participado en Female Future, Nicolaisen no tienen
intención, al menos de momento, de subir en el escalafón empresarial.
Tras el nacimiento de su tercer hijo disfruta del mínimo de 10 meses de
permiso de maternidad que le permite el Estado. ¿Le resulta difícil
conciliar las responsabilidades profesionales con la vida familiar? "La
clave está en la flexibilidad que cada vez ofrecen más las empresas
noruegas. En mi empresa a nadie le importa si yo voy a la oficina o no
o cuántas horas echo allí. Lo que les importa son los resultados y que
haga bien mi trabajo. Eso me permite avanzar parte del trabajo desde
casa cuando lo necesito. Me levanto a las seis de la mañana para luego
poder estar con los niños hasta que se van al colegio. Luego puedo
estar con ellos por la tarde y cuando se acuestan trabajo otro poco".
Suecia, Alemania y otros países europeos tienen sus ojos puestos en la
experiencia noruega, que podría traspasar fronteras en los próximos
años. Cierto es que el caso de Noruega es excepcional ya que, con una
tasa de desempleo en torno al 1,6%, hace muchos años que los
empresarios noruegos se han visto obligados, les gustara o no, a
contratar mujeres, simplemente para poder llenar puestos vacantes.
También es cierto que las cotas de bienestar y una amplia red de
guarderías facilita la conciliación de la vida familiar y la laboral.
Pero no es menos cierto que estos factores han resultado hasta ahora
insuficientes para que las noruegas rompieran de una vez por todas su
techo de cristal.
La norma española pide paridad a las empresas, pero no les obliga
La ley de Igualdad aprobada en España hace poco más de un año sólo se
atrevió a exigir a las empresas de más de 250 empleados a negociar
planes de igualdad -sin obligar a llegar a acuerdos-, y a decir que las
compañías cotizadas en bolsa "procurarán" la paridad en sus consejos de
administración en un plazo de ocho años.
El porcentaje de mujeres en los consejos de administración de las
empresas españolas era este verano del 6% -una mujer por cada 15
hombres-, según un estudio realizado por EL PAÍS, aunque un año antes
había una por cada 25 hombres.
Las medidas de la ley de Igualdad y la presión social van ofreciendo
tímidos avances de este tipo, pero la situación es aún muy precaria. La
tasa de paro femenino casi duplica al masculino y el sueldo de una
mujer representa, de media, entre el 64% y 76% del de un hombre.
ANA CARBAJOSA El Pais
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